lunes, 24 de enero de 2011


Quiero salir corriendo.

Estoy cansada de este sentimiento, de estas absurdas ataduras que no van a ningún lugar, quiero que mi mayor preocupación sea dormirme escucharndo las olas. ¿Dormir?. Quiero dormir, que a media noche no aparezcas sacudiéndome el pecho.
Probablemente los que me habeis leído alguna vez, conozcan más de mí que la persona con la que convivo desde hace más de cuatro años, esa gran desconocida, esa obligación que desequilibra mis pocos logros.
Muchos hablan de la familia como su bien más preciado, y probablemente lo sea, pero no entiendo a aquellos intolerantes que no comprenden que para muchos otros la familia no es más que un terrible vínculo sanguineo, que te roba la energía y la personalidad. Cansada de someterme, de no ser yo, hoy tiro la toalla; me voy.




*Porque el no hacer aprecio es el mayor desprecio, y yo hoy sólo soy capaz de sentirme despreciada.