lunes, 8 de noviembre de 2010


Y enredada en este egocentrismo extremo no me había dado cuenta de que aún no había hecho uso de la mayor prerrogativa que me concede tener un blog, y que no es otra que hablar bien de mi. De alguna manera tengo que mantener mi estatus de persona engreida, chula y borde que tanto me cuesta mantener... Bueno, en realidad es fácil...

No puedo decir que no me alegre de haberme conocido, creo que ya os he comentado alguna vez que si me fuera posible me untaría en nata y me lameria, a efectos prácticos me resulta algo incómodo, lamentablemente, y aunque mis cualidades amatorias son excelentes, he de reconocer que Dios no me bendijo con una gran flexibilidad, si bien, puedo levantar una ceja en un gesto sin parangón de erotismo por el que tengo entendido que las chicas se vuelven locas.

Bueno, al margen de mis divagaciones, que como ya habreis apreciado tienen un importante calado dogmático, a lo que voy es a que yo me quiero. Y reconozco que, posiblemente, y gracias a mi bipolaridad por la que espero que algún día el Gobierno me de una paga, mañana mi autoestima estará tan mermada como de costumbre. Así que aprovecho este momento de "egojenación transitoria" para recordarme a mí misma lo importante que soy. Porque seré lo que busque, y seré lo que quiero ser.


*Y como todo lo que empieza, tarde o temprano se termina, finalizo la andadura en este blog hablando de mi, al fin y al cabo, de eso se trataba.

3 comentarios:

  1. Te voy a decir sólo dos palabras, porque este post lo merece (y no porque sea verdad):
    1 minuto
    You know ;)

    ResponderEliminar
  2. Jajajaja, y pq sabes, en el fondo de tu corazoncito(por no decir otro lugar), que fue justo un minuto!

    =****************

    ResponderEliminar
  3. yo no me entero de nada, pero te quiero igual (o más)

    ResponderEliminar