Quiero una mujer elegante, con las piernas largas.

No es necesario que vista ropa vintage o que sepa apreciar una copa de buen vino, me basta saber que tiene el corazón hambriento, y que entre cama y cama guarda un momento especial para apaciguar mis instintos. Deseo que se divierta con mi cuerpo, incluso cuando no esté mi mente en él.

No necesito que sepa jugar al ajedrez o que se ponga nostálgica con ese sonido especial que sólo tienen los vinilos, me basta con que sepa que el camino es tan importante como el destino, y que desde mi ombligo hasta el punto donde su lengua se funde con mi cuerpo, hay un desierto, un mar y tal vez el secreto de muchos orgasmos olvidados.

No pido que quiera caerle bien a mis padres, que comprenda mis desórdenes, ni mi trastorno obsesivo compulsivo. Lo que quiero es que baile conmigo en mitad de la calle, que sepa dónde tengo escondido un lunar, y que sude lujuria en cada poro.

*Quiero una mujer que me corte la respiración cada vez que su cadera choque con la mía.